miércoles, 24 de junio de 2009

Semilla y fuego (Telecarta).

Solo y volver a tus miradas para encontrarme como siempre desconcierto sin razón. Así podemos hablarnos, calmar las horas por suplicar cada minuto, nunca entender el sorbo de la palabra muerta en nuestra boca, olvidar las tardes en mares de imaginación. Confiamos sin paralelos una directriz, íntegra y sin medida por los dos: entonces entendía contrastes, los dibujados por susurros suavizados, tus atemperados.

Ya son semillas en mi alma las restantes, mientras se termine la arena...

M.Ortega...
240609

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