En esta ocasión les invito a conocer el blog Escribidores y Literaturos, un lugar de expresión libre y fresco, donde tuve el privilegio de participar con un relato que naturalmente deseo compartirles.
Disfruten mucho del espacio:
Solsticio Interno.
Para asomarse a la ventana debió cerrar primero los ojos. La verdad nunca creyó obligarse a olvidar para hacer un breve esfuerzo y comprender, porque su ángel ya solía cubrirle el rostro de acuerdo a cada imagen.
Muy poco le faltó para habituarse a los destellos del cuadro interno: líneas transversales apuntando su mirada, ahora ya perdida o como fundida entre los aces que su mente creía detallar. A pesar del sedante, la muy profunda persistencia anidaba una idea todavía viva, aunque agonizante.
“¡Corre, corre! ¡Grita, Grita!”
Mucho se había ocultado y ya no pudo acceder a esa transición que siempre desdeñó según por inocua. Ignorar convenientemente recubrió su alma de comodidades falaces y sólo llantos de aire.
Al regresar y enterarse con esos ojos ya habituados a la oscuridad, su semblante reflejó un tenue deseo de continuar con aquel afanoso capricho convertido en vida, aunque apuntó que dicho atrevimiento nunca estuvo dentro de sus planes.
Cuando las palabras no revelan su significado y se ocultan entre las formas... es fácil llegar pronto al muro sordo, renuente a siquiera transparentarse en cualquier comunión. Y así termina, y así se rinde, aunque todavía pasen por ahí ciertos halos, que a veces llamamos ángeles, pero que en su grito ahogado ya no resuena ningún color.
Son treinta años de silencio, de evocarlo y agradecerle su obra inmensa, una mezcla de emoción e intelecto recubiertos de comunicación y amor al arte. Hoy como siempre escucharlo me incita a compartirlo, a gritarlo. Por eso hago un alto para contemplar a Bill Evans y su genialidad universal.
Una interpretación intensa del clásico My foolish heart:
Un dueto irrepetible con un cantante de excepción:
Y para terminar este breve recuerdo, el tema legendario Autumn Leaves, en su muy particular perspectiva, nutrida del virtuosismo del genial Eddie Gomez:
Es mi alma es tu cuerpo, son mis manos y tu boca, son tus ojos y los míos, nuestro tiempo y tu espacio, es tu encuentro y mi respiro, tu silencio mientras la ilusión, tus ideas y un destino, tu aliento y mi cansancio, tu aroma y para siempre, tu sonrisa sola y única...
Porque las palabras se secan, cuando al espíritu lo envuelve la mente, mientras ella misma pierde fe por lo que no pudo explicarse.
Pero sin temerle al día siguiente, la mirada se contiene por caminar en línea recta a través del trazo perdido, o tal vez olvidado: aquél que en la obscuridad siempre supimos vislumbrar.
Y más que una voz tierna, es la lluvia quien sólo purifica y a su vez contiene el fuego, ahora desconocido por el impulso y despertar del amanecer.
Cuanto más tiempo le resta a nuestra espiral, menos liberamos las esencias características, más filtramos esas voces naturales, mucho evocamos viejas escenas, y menos aventuramos la voluntad, otrora presumida y rebelde.
En el sueño y su interferencia: "Tal vez llegué sin saber lo que buscaba... y todo ocurrió cuando el reflejo cadencioso de los años transparentó lo que nunca pude vislumbrar, entonces me fui, sin haberlo encontrado..."
Una visión concreta de un objeto que nace y constantemente se pule, para merecer sólo cierta contemplación de naturaleza angulada y filtrada. @M_Ortega81
Justo hace un año comenzamos este espacio, que pronto se convirtió en sueño, y que tal vez lejos quedó de su idea original: hoy se nutre de amigos, escuchas y escritores visitantes a quienes agradezco profundamente el tiempo que le destinan, privilegio que me motiva a compartirles con mayor ahínco e ilusión.
Es nuestro primer aniversario, y en concreto, sólo me resta cerrar esta recordación con un intenso, tan intenso: ¡gracias!
Hoy toca recordar al gran poeta, a 30 años de abandonar este plano y dimensión. El hombre hipersensible que marcó buena parte de la música popular de finales de siglo XX, y que aún hoy en día muchos retoman por su sonido único y sus imágenes sombrías, reflejo de una realidad que treinta años después poco cambia, y más se deteriora.
Ian Curtis, el líder de Joy Division, en su primera actuación para la televisión:
Y ahora con este silencio repleto de preguntas y deseos, compartidos, rotos, heridos, me pareces más inerte bebiendo de poco en poco tu alma, con tu luna que quería recrearse, con sus alas flotando al mar, con esa mente que sollozaba, y el corazón: tendido entre explicaciones y miradas, confundido, extraviado ya por la vida que te mira, que me mira...
Esta pieza surgió mientras hablábamos sobre la incertidumbre, y la valiosa oportunidad que representa para crear y creer, siempre que uno adopte dicha “condición aleatoria”, como semilla de posibilidades y evolución...
...para terminar este tiempo de filos, que como lanzas hieren el paso de la ilusión, haciéndose escuchar las voces latentes, sollozos a los que doy abrigo y poco intento curar su dolor:
16 BIT WAV - 44100
MP3 - 128 KBPS
(Gracias L.P. por escuchar cuando nació). @M_Ortega81
Una mirada indefinida al paso del Sol, cubierto de nubes de asfalto que mitigan la fe, oculto entre rostros agrios y vacíos limitados, esperando sin sentido otro nuevo amanecer.
Con este fragmento termina la Serie Catorce por Dos, Sólo queda juntar los catorce fragmentos y escucharlos como unidad conceptual, tal y como fue concebida esta gran pieza, que acuña voz y un sentimiento constantes, producto quizá del invierno inexorable.