Prefiero los días soleados
aunque a veces escondan frío,
y el viento no deje recordar
por qué perdí toda confianza,
de comprender el sentido.
Entonces,
prefiero los días de Sol,
cuando más sombras llenan los jardines,
y junto a las mismas miradas,
prácticamente huecas,
algunas penas,
secas, por poco olvidadas.
(Por eso prefiero los días soleados).
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