Cuando las palabras no revelan su significado y se ocultan entre las formas... es fácil llegar pronto al muro sordo, renuente a siquiera transparentarse en cualquier comunión. Y así termina, y así se rinde, aunque todavía pasen por ahí ciertos halos, que a veces llamamos ángeles, pero que en su grito ahogado ya no resuena ningún color.